La cocina polaca es bastante antigua, se ha ido formando a lo largo de varios siglos bajo la influencia de diferentes culturas y tradiciones y, en muchos casos, es un auténtico tesoro para muchos gourmets de diferentes países e incluso culturas. En todas las regiones de Polonia se pueden encontrar auténticos platos locales con recetas únicas transmitidas de generación en generación. Esta cocina única es conocida por su riqueza y riqueza de sabores, y sin duda, una vez que la pruebe, querrá volver a ella una y otra vez. Echemos un vistazo a diez de los platos polacos más famosos y deliciosos que han sido durante mucho tiempo símbolos de la gastronomía y la cultura polacas en general.

1. Bigos


Muchos expertos consideran el bigos uno de los platos polacos más reconocibles, a menudo asociado a la Navidad y otras fiestas. Se trata de un sabroso plato multicomponente a base de chucrut y col fresca, distintos tipos de carne (cerdo, ternera, a veces caza), salchichas y especias, por lo que su preparación es bastante minuciosa y específica. Cada región polaca tiene su propia receta de bigos, por lo que puede diferir ligeramente tanto en su composición como en su sabor. El bigos en Polonia suele prepararse con antelación, ya que tradicionalmente se cree que cuanto más tiempo se infusione, más rico será su sabor.

2. Empanadas (Pierogi)

Los pierogi polacos son empanadillas tradicionales que pueden llevar varios rellenos: desde puré de patatas con queso y cebolla frita hasta rellenos de carne e incluso fruta. Los rellenos polacos más populares incluyen carne, col y setas, queso y bayas silvestres. Los pasteles se hierven en agua o se fríen, y luego se sirven con nata agria o mantequilla, lo que los hace mucho más sabrosos y satisfactorios. Suelen servirse en mesas festivas, y cada región de Polonia tiene sus propias recetas y peculiaridades locales a la hora de cocinar este plato.

3. Golonka

La golonka, o jarrete, es uno de los manjares cárnicos favoritos de la mayoría de los polacos. Este plato es una pierna de cerdo cocinada al horno o hervida con cerveza, cebollas y varios tipos de especias. El resultado es una carne jugosa y sabrosa que literalmente se deshace en la boca. Los polacos suelen servir la holonka con chucrut, patatas o rábano picante. Se trata de un plato contundente ideal para el tiempo fresco y las bebidas alcohólicas cuando se quiere entrar en calor y recibir un chute de energía.

4. Flaki


El flaki es una sopa nacional polaca tradicional hecha con cicatrices de ternera. Este plato es único porque requiere un tiempo de cocción bastante largo, ya que la carne debe quedar blanda y tierna al final. El flaki se suele condimentar con pimienta, mejorana, nuez moscada y jengibre, lo que al final le confiere un aroma picante especial y un sabor interesante. Es un plato popular entre la mayoría de los amantes de las sopas calientes y ricas, especialmente en tiempo húmedo e invernal.

5. Zapiekanka

La zapiekanka es una versión polaca de un plato de comida rápida que apareció no hace tanto, en los años setenta, pero a pesar de ello ya se ha hecho increíblemente popular en toda Polonia. Se trata de un bollo alargado que se corta por la mitad, se unta con salsa, se espolvorea con champiñones, salchichas u otros ingredientes y, por último, se hornea con queso. Justo antes de servir, se vierte ketchup sobre la cazuela. Este plato se considera comida callejera y suele encontrarse en mercados, estaciones de tren y zonas turísticas. Es un tentempié rápido y sabroso que gustará tanto a adultos como a estudiantes y niños.

6. Żurek


El Żurek es una sopa polaca tradicional y muy sabrosa, interesante porque se elabora con un fermento de masa madre hecho con harina de centeno. Se distingue por su sabor agrio, que se debe a la solución de harina fermentada. Esta sopa suele servirse con patatas, huevos cocidos y salchichas. El zhurek tiene una consistencia más bien espesa y un sabor muy rico, por lo que suele prepararse para las fiestas de Pascua. Este plato es ideal para quienes quieran probar algo original, especialmente los turistas.

7. Carpa frita (Karp smażony)

La carpa es otro plato imprescindible en la mesa festiva polaca, sobre todo en Navidad. La carpa frita es una carpa de río común, que suele marinarse, luego se reboza en harina o pan rallado y se fríe hasta que se dora. Tradicionalmente en Polonia se sirve con patatas, col o una ensalada de verduras en escabeche. Aunque la carpa tiene un sabor y una textura específicos, ha sido la favorita de muchas familias polacas durante siglos.

8. Placki ziemniaczane.

Son unas exquisitas tortitas finas y crujientes hechas con patatas y fritas en una sartén. La receta de la pleskavica polaca es bastante sencilla: patatas ralladas, cebolla, huevos y harina. Para realzar su sabor, la pleskavica suele servirse con salsa de carne, nata agria o simplemente azúcar. Es muy popular tanto en casa como en los restaurantes y es uno de los platos favoritos de los niños polacos.

9. Kapusniak

El kapusniak es una sopa de chucrut bastante espesa y de sabor agrio, y se considera uno de los principales platos tradicionales de la cocina polaca. Se elabora con carne de cerdo o tocino seleccionado, patatas, zanahorias y cebollas. Esta sopa es ideal para tomar en invierno, ya que tiene un contenido calórico realmente alto y calienta de maravilla. Los polacos suelen cocinar sopa de col durante las fiestas navideñas, añadiendo algunas setas secas para darle un sabor extra especial.

10. Mazurek

El mazurek es un postre tradicional polaco que se prepara sobre todo en Semana Santa. Es un clásico pastel bajo a base de masa fina, que se cubre con glaseado o rellenos dulces -normalmente mazapán, chocolate, frutos secos o mermelada-. Sin embargo, decorar un mazurek es todo un arte, ya que se adorna con exquisitos adornos, frutos secos y glaseado, creando motivos únicos. El mazurek tiene un sabor dulce y muy rico, y es uno de esos platos que une a toda la familia en la mesa festiva.
Así pues, la cocina polaca es rica en sabores y aromas que reflejan directamente las tradiciones y costumbres nacionales. Es abundante y puede satisfacer incluso a los gourmets más exigentes y extranjeros. Estos 10 platos son sólo una pequeña parte del patrimonio culinario polaco, pero incluso ellos transmiten a la perfección la esencia y las tradiciones de la gastronomía polaca. Cada uno de estos platos nacionales tiene su propia larga historia, un sabor distintivo y exquisito y una interesante forma tradicional de servirlos, que sin duda dejarán una grata impresión en todo aquel que decida probarlos.

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