Ventajas de una dieta vegetariana/vegana y aplicación práctica
Alimentos crudos – implica comer sólo alimentos crudos: verduras y frutas, ya que los partidarios de esta dieta creen que el tratamiento térmico o el procesado de los alimentos los priva de su valor nutritivo.
Frutarianismo – similar al raw foodismo, implica comer verduras y frutas crudas que tienen que caer de un árbol o arbusto. Esta dieta es muy imperfecta.
Beneficios de seguir una dieta vegetariana
En la mayoría de los casos, las dietas vegetarianas son pobres en nutrientes debido a las numerosas exclusiones de ciertos alimentos, por eso es tan importante controlar la salud con análisis de sangre y reponer los elementos nutricionales que faltan.
Al adoptar una dieta vegetariana, podemos ayudar a reducir la demanda de productos animales y, por lo tanto, reducir la cantidad de agua necesaria para la producción y cría de animales, así como las emisiones de metano y dióxido de carbono.
Un aspecto positivo de seguir una dieta vegetariana es la reducción de los ácidos grasos saturados que, entre otras cosas, son responsables de las enfermedades cardíacas. La exclusión completa de la carne de la dieta reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La carne roja, especialmente la carne procesada como salchichas, carne enlatada y embutidos, está en el mismo grupo de carcinógenos que el amianto y el tabaco. La ventaja del vegetarianismo no es sólo la reducción de los niveles de colesterol en sangre, sino también la disminución real del riesgo de enfermedades como el cáncer.
Una dieta vegetariana también puede proteger contra la obesidad. Muchas personas deciden seguir esta dieta porque quieren perder peso. En muchos estudios realizados en adultos con un IMC superior a 25 kg/m2 , la pérdida de peso fue mucho mayor que con una dieta tradicional. En su mayor parte, todas las dietas basadas en plantas se basan en alimentos naturales poco procesados que suelen caracterizarse por un alto valor nutritivo. Esto hace que nos sintamos saciados durante más tiempo.
Una dieta vegetariana también es rica en fibra dietética, tanto soluble como insoluble en agua. Tiene un impacto significativo en el funcionamiento del organismo, cuyo alcance es muy amplio, tanto en el contexto del tracto digestivo como del metabolismo. El agua es el factor necesario para desencadenar la función de la fibra. El efecto de la fibra insoluble en agua afecta principalmente al sistema digestivo humano. Esta fracción, entre otras cosas, estimula la secreción de saliva y, por tanto, la masticación, fija el exceso de ácido clorhídrico en el estómago, favorece un mejor riego sanguíneo a los intestinos y la secreción de jugos digestivos, aumenta el volumen del contenido intestinal, incrementa la sensación de saciedad, elimina más toxinas y productos metabólicos innecesarios, acelera el peristaltismo del intestino grueso y protege contra el desagradable estreñimiento. A su vez, la fibra hidrosoluble es un nutriente para nuestra microbiota intestinal, aumenta la población de bacterias beneficiosas, ayuda a diluir las heces, ralentiza el tránsito intestinal, crea geles muy viscosos, espesa los alimentos, participa en la regulación del metabolismo de los azúcares, desempeña un papel importante en la prevención de los trastornos del metabolismo de los lípidos, atrapa los compuestos tóxicos en los intestinos y evita su absorción.
En una dieta basada en plantas, también podemos encontrar una gran cantidad de antioxidantes presentes en verduras y frutas de colores, que se encargan de eliminar los radicales libres del organismo que provocan un envejecimiento más rápido de la piel, favorecen la formación de cáncer y aumentan el riesgo de diabetes de tipo 2, enfermedades cardiacas y demencia. Una dieta vegetariana equilibrada puede aportar muchos nutrientes beneficiosos para el cuerpo humano.
Desventajas de una dieta basada en plantas
Los seguidores de una dieta vegetariana pueden correr el riesgo de sufrir carencias de ciertas vitaminas y minerales, y las personas propensas a la anemia deben tener especial cuidado. Una dieta vegetariana puede contribuir a una deficiencia de vitamina B12 o hierro. En este caso, se recomienda tomar suplementos. Es cierto que las plantas también aportan hierro, pero en una forma más difícil de absorber: el hierro no hemo, a diferencia del hierro hemo de origen animal. La solución es combinar los alimentos que contienen hierro con alimentos ricos en vitamina C, que aumenta la absorción de este elemento.
La carencia de proteínas también puede producirse en el caso de una dieta vegetariana que excluya los productos lácteos y los huevos.
La carencia de vitamina D puede producirse independientemente de la dieta. Esto afecta principalmente a la vitamina D3, que puede sintetizarse bajo la influencia de la luz solar. Todo el mundo debería suplementarla, especialmente en nuestro país.
Existe riesgo de carencia de calcio. Pero una dieta equilibrada a base de plantas no debería suponer tal riesgo. El calcio se encuentra en los alimentos vegetales, y el tofu es una buena fuente. Además, hay muchas plantas que cubren las necesidades de este mineral, como las semillas de amapola, el cacao, las semillas de chía, las almendras y la col rizada.
Además, al comer comida vegetariana, hay que cuidar la vesícula biliar, porque entonces la salida de la bilis no será tan activa (debido a la falta de proteínas y grasas animales), lo que puede provocar estancamiento, discinesia biliar o la formación de coágulos y cálculos, por lo que hay que consumir regularmente alimentos coleréticos o medicamentos.
En conclusión, una dieta basada en plantas puede tener un impacto positivo en nuestra salud y beneficiar tanto la salud física como la mental. Pueden evocar sentimientos positivos relacionados con la adopción de una postura moral correcta, el refuerzo del sentimiento de pertenencia a la comunidad de la dieta basada en plantas y la satisfacción por tener un menor impacto en la contaminación medioambiental. Si decidimos hacer un cambio en nuestra dieta, es importante comprender todas las implicaciones de una dieta vegetariana, además de sus aspectos nutricionales.